Las proporciones son obviamente conceptuales con una línea de cintura alta y su cola tipo hatch back. Las líneas rectas y las curvas son parte de ese aspecto muscular. Lo mismo producen en la vista los arcos de plástico sobre los pasaruedas y sus altísimos neumáticos de 22 pulgadas.
Ópticas delgadas y filosas, con un frente sin parrilla que indica la falta de un motor a combustión.
Una característica que sobresale en el exterior es el uso de cedro rojo en el techo. Pero sobresalen sobre todo en su interior: laterales y respaldo de asientos delanteros.
Posee una pantalla digital integrada a lo largo del torpedo y otra en el centro del volante. La consola central está hecha de mármol, que se extiende hasta los asientos traseros, al igual que parte de los laterales. Paneles de rombos de gamuza sirven como piso del Infiniti (las baterías están abajo), que también cuenta con incrustaciones doradas en algunos de sus elementos.
También utiliza el popular concepto de los asientos giratorios para facilitar el ingreso y la salida del auto. La misma tecnología fue venerada en la década de 1960. La compañia dice que intencionalmente omitió cualquier otra tecnología en la cabina para dar una apariencia más natural y auténtica, al perseguir la apreciación japonesa de la naturaleza y la artesanía. Infiniti tiene la intención de crear en el futuro un potente crossover eléctrico con tracción en las cuatro ruedas, algún día será...
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