Este concept híbrido de Lexus demuestra la creciente demanda del segmento de los compactos, junto con eficiencia en gastos de combustible y el control de contaminación en CO2. Pero sin comprometer en este caso los niveles de calidad y conducción.
Sabemos que Lexus es la marca de lujo de Toyota, por lo que no se podía descuidar la armonía visual entre el diseño interior y exterior, además de aplicar tecnología de
vanguardia. Es decir, que existe un detalle minucioso de hasta inclusive los elementos más pequeños.
En el exterior se puede observar una trompa agresiva a la cual está integrado el paragolpes acompañado a sus lados por dos tomas de aires profundas que se repiten en su parte posterior y que le dan ese toque deportivo. Por encima se encuentra una parrilla diminuta que remata con un listón perimetral y la insignia, ambos cromados; típico de todo auto de alta gama.
Su lateral permite mostrar en apariencia una cupé de lujo (aunque posee cuatro puertas) con una línea de cintura alta y poca superficie vidriada, al igual que la luneta trasera, donde es posible que la visibilidad sea pobre como consecuencia de su diseño deportivo.
En su interior, el conductor está ubicado en una posición baja. El volante forrado en cuero incorpora por detrás levas "paddle Shift"
para aplicar los cambios. El tablero presenta dos relojes digitales: uno indica información básica y el otro sobre el funcionamiento del sistema híbrido.
Según sus diseñadores, los asientos están inspirados en el diseño de muebles artesanales.
En el centro del torpedo lleva una pantalla central para el manejo de los diferentes sistemas y en la parte posterior de los asientos delanteros se puede conectar un iPhone.
El Lexus Lf-Ch mide 4,3 metros de largo, 1,79 de ancho y 1,4 de alto y dispone de neumáticos 225/35 R20.
